¿Vaciar el vacío? ¿A qué vacío se refiere? ¿Cómo vamos a vaciar algo que ya está vacío?
Parece un juego de palabras, ¿no? ¿Qué tal si lo desciframos juntos?
La mayoría de las personas tuvimos en algún momento de nuestras vidas un vacío interno, esa sensación de sentirnos angustiados sin saber bien por qué.
Es una sensación que suele aparecer cuando cambiamos o estamos próximos a cambiar de década o cuando un ciclo se está terminando. Son momentos de balance, de replanteos, especialmente cuando nos acercamos a la mediana edad.
Hacemos un balance de las cosas que creímos nos iban a hacer feliz: una profesión, dinero, un buen pasar, pareja, hijos, salud… Alcanzamos estas metas en todo o en parte, y sin embargo, sentimos una angustia que va calando profundo en nosotros.
Se presenta potente, irreverente, sin pedir permiso. Nos toma por sorpresa y de un momento a otro, nos convertimos en testigos silenciosos de su llegada. Ya nada vuelve a ser como antes.
Empezamos a mirar la vida a través de los ojos de este “inquilino” que se albergó cómodamente en nuestro interior pero que a nosotros nos molesta.
Vamos a la deriva sin tener en claro lo que queremos para nosotros y sin entender qué es aquello que nos aflige tanto. Caminamos sin rumbo y esto nos hace sentir sin energía ni entusiasmo, en fin, sin ganas de nada.
Nuestro inquilino llamado “Angustia”
Nuestro “inquilino”, en cambio, tiene muy en claro su propósito. Sabe con exactitud qué es lo que tiene que hacer mientras dure su estadía en nuestra casa.
Está comprometido con su objetivo y determinado a cumplirlo pase lo que pase.
Para eso trabaja con pico y pala sin descanso, poniendo toda su tenacidad y empeño. Cava y cava sin parar hasta dar paso a un gran surco de puro vacío. Vacío que nos incomoda y queremos llenar. De lo que sea, no importa. Lo único que queremos es llenarlo para no sentirlo.
¿Pero sabes qué? Estamos tratando de llenar un vacío que nunca se llena porque la angustia es persistente y sigue cavando, sin detenerse, sin cansarse.
Es como intentar llenar un recipiente que no tiene fondo. No importa la cantidad de cosas que pongamos, nunca serán suficientes y el recipiente seguirá vacío.
¿Cómo hago para que la angustia se vaya?
No hay un protocolo de pasos a seguir para desalojar a este inquilino llamado Angustia.
Lo que sí sabemos, es que cuando se instala plácidamente en nuestro interior, es porque tiene algo importante para decirnos.
Solamente seremos capaces de escuchar su mensaje, si hacemos a un lado todas aquellas cosas que nos fuimos poniendo con tal de distraernos y no escucharlo.
No le tengas miedo al vacío, no intentes llenarlo. Sólo en el silencio del vacío podrás escuchar las vibraciones de tu propia voz, esa voz sabia y auténtica que es la única que sabe lo que querés para vos. No la silencies.
Puedo trabajar con vos para acompañarte a sacar tu voz y atravesar el vacío. Del otro lado del vacío la angustia desaparece.